El ajuste fiscal planteado prevé una caída real del gasto primario del 8,4% para 2019.
El gobierno presentó la trayectoria planeada para lograr en 2019 el equilibrio fiscal primario, modificando las pautas del acuerdo original con el FMI en la búsqueda de una convergencia más rápida hacia el logro en el próximo año del objetivo que se igualen los ingresos con los gastos primarios.
En dicha estrategia resulta clave, a diferencia de las propuestas anteriores, el hecho de que se proyectó un aumento en la presión tributaria agregada, proveniente de la generalización de los derechos de exportación, en conjunto con una reducción del peso del gasto público. Si no se hubiesen modificado las retenciones, la caída necesaria hubiera sido del 15,1%.