El problema de fondo siempre es el déficit fiscal: entre 2016 y 2019 acumulará USD 112.300 millones
El gasto público requiere ser financiado. Se lo puede hacer con impuestos legislados, con impuesto inflacionario (vía emisión monetaria) o con endeudamiento. Concretamente, el déficit fiscal, que es la diferencia entre gastos e ingresos, cuando se financia con endeudamiento genera un aumento equivalente del stock de deuda del sector público.
La continuidad del déficit fiscal da continuidad a sus consecuencias. La discusión de la sociedad no debería ser cómo financiar el déficit sino cómo solucionar el problema del déficit, y así evitar las consecuencias permanentes sobre los indicadores socioeconómicos (pobreza, desempleo, desigualdad) que traen los brotes inflacionarios, las devaluaciones y los defaults.